R. Equi es un patógeno  de importancia mundial en potrillos entre 3 semanas y 6 meses de  edad.  
                      R. Equi es un cocobacilo  Gram + conocido por su habilidad para replicarse en los macrófagos  (especialmente macrófagos alveolares). Es un habitante saprofito del  suelo, puede ser ingerido, pasar por el tracto gastrointestinal y ser  excretado nuevamente al suelo. La excreción fecal de R. Equi es alta  en potrillos, siendo más alta en aquellos clínicamente enfermos.  Así, la remoción de la materia fecal de los boxes y la segregación  de los potrillos infectados es útil para disminuir la contaminación  ambiental. 
                      Aunque todos los caballos  están comúnmente infectados con varios grados de R. Equi y los  anticuerpos están distribuidos en la población, la enfermedad  clínica es enzoótica en algunos haras, esporádica en otros y no  reconocida en muchos. Esto refleja diferencias ambientales  (temperatura, polvo, PH y tipo de suelo) y de manejo. 
                      Solo ciertas cepas de R.  Equi producen enfermedad. Estas cepas virulentas poseen en su  plásmido genes que codifican proteínas asociadas a la virulencia  (VAPs). 
                      La inhalación de  partículas que contienen Rhodococcus Equi virulento es la ruta más  importante de infección neumónica en potrillos. 
                      Manifestaciones Clínicas: 
                        
                        
                        
                        R. Equi es conocido  principalmente por producir una neumonía piogranulomatosa. El  diagnóstico clínico temprano es dificultoso. Los signos clínicos  tempranos pueden consistir en fiebre leve, aumento de la frecuencia  respiratoria que puede no ser aparente a menos que los potrillos se  ejerciten, pelo opaco y disminución en la tasa de crecimiento. A  medida que la enfermedad progresa aparece: anorexia, letargia,  fiebre, taquipnea y disnea. La tos y descarga nasal son hallazgos  inconsistentes.La enfermedad intestinal  puede ocurrir con subsecuente diarrea.Otros signos clínicos  asociados incluyen: sinovitis inmunomedidada (no séptica) o  polisinovitis y menos comúnmente uveítis inmunomediada con hipopión  y osteomielitis. 
                        
                      Diagnóstico: 
                        
                        
                        
                        El diagnóstico de neumonía por R. Equi esta  basado en una combinación de técnicas de diagnóstico por imagen  para demostrar la presencia de abscesos pulmonares, usando ecografía  y/o radiografía de tórax. La ecografía es muy útil tanto  para el diagnóstico como el monitoreo para  la detección temprana y  para controlar la efectividad del tratamiento.La hematología es útil para demostrar  leucocitosis e hiperfibrinogenemia, aunque no es específico para R.  Equi. La confirmación requiere el  aislamiento del patógeno, usualmente de un aspirado traqueal. 
                      .Tratamiento. 
                        
                        
                        
                        Clásicamente, la  combinación de eritromicina (25 mg/kg  c/8-12 hs) y rifampicina (5  mg/kg c/12 hs) ha sido el tratamiento común y ha dado buenos  resultados clínicos.La eritromicina ha sido  asociada a diversas reacciones adversas incluyendo hipertermia y  diarrea. Los macrólidos de nueva generación han reemplazado a la  eritromicina (azitromicina, 10 mg/kg oral c/24 hs y claritromicina,  7,5 mg/kg oral c/12 hs). 
                      Prevención. 
                        
                        
                        
                        La administración de plasma  hiperinmune a los potrillos en el primer día de vida y la vacunación  de las yeguas preñadas ha sido controversial. El manejo ambiental es el abordaje más  efectivo en la reducción de la enfermedad. La disminución de los  aerosoles de organismos virulentos por medio de pasturas; el riego de  las áreas polvorientas del haras, tanto como la descontaminación  del polvo en caballerizas y camas deberían ser considerados. Disminuir la densidad de animales y el  tiempo que el potrillo pasa en condiciones de hacinamiento con otros  potrillos ayuda a reducir la inhalación de aerosoles. 
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